lunes, 1 de marzo de 2010

Olvidar 2

Me levanto sileciosamente para no despertar a mi hermana, aunque sé que ésta no se despertara, ya que, soy como el aire que a veces mueve las cosas sin ninguna explicación aparente para Mery, la veo dormida... sus bolsas delantan otra noche movidita con su unica y mejor amiga, la botella, me dije a mi misma, aún seguía teniendo esa cara de niña dulce y despreocupada, su pelo rubio brillaba con la primera luz de la mañana que entraba por su ventana rota, sí, rota... en cuanto se entere mamá se tirará de los pelos una vez más.
-Clary... ¿Dónde estás?... ¿Porqué me has dejado...?- Por un momento pensé que me estaba hablando de verdad, que por fin se habia acabado esta pesadilla, de nuevo visible para el mundo, otra vez feliz, al acercarme a Mery supe que era mentira... me acordé, ella era sonambula y ultimamente habla mucho por la noche.
-No!! No vuelve por favor! vuelvee!!- Se estaba poniendo roja, sudaba y yo no sabia que hacer... y de pronto, abrió los ojos, verdes llenos de lineas rojas, mamá acababa de entrar en la habitación, sabia lo que tenia que hacer cuando mi hermana acababa de tener una pesadilla, se puso en la cama de Mery y la abrazó y lloró con ella.
- Tú no tuviste la culpa cielo, fue un accidente, si, fue un accidente, Clary no te odia... no te hagas esto cariño.
- Si que me odia, fue por mi culpa... ¡si me hubiera puesto yo en vez de ella, ahora estaría aqui!
-Todo fue por culpa de Ben y su pistola, ¿Qué ibas a saber tu? hija no le des mas vueltas vale? y baja a desayunar que tus tostadas se enfrían.- Besó la sudada frente de Mery y se fué escaleras a bajo sollozando, y todo por mi culpa.
Me sentía fatal, la tristeza de mi familia, la enfermedad de mi padre... todo era por mi culpa, por mis problemas con gente que no tendria que haber estado jamás.
Hoy me metí en los sueños de Mer para hablar con ella, decirle que me estaba decepcionando, y creo que algo funcionó, esa mañana se levantó, comió todo su desayuno sin decir ni una palabra y cuando mi madre ya dada por vencida iba a salir a trabajar, se sorprendió, su pequeña hija habia subido al coche con mi mochila vieja, una pequeña sonrisa y una mirada de agradecimiento al cielo.
En clase todo el mundo la miraba, ella, en vez de enfrentarse como hacia los pocos dias que iba al colegio se puso la capucha y pasó de largo de la fria mirada de Jake, su antiguo novio.

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